El Niño Interior.

Niño Interior

El Niño Interior.

En psicología, comúnmente se analiza el comportamiento del niño interior a partir de la teoría de que este responde a una subpersonalidad que está subordinada a la mente consciente.

A partir de este concepto se definieron terapias psicológicas que buscan sanar traumas del pasado o limitaciones que pueden estar ligadas a momentos puntuales de nuestra niñez.

Muchas veces no somos conscientes del proceso que se vive mientras crecemos. 

Estamos en un estado constante de observación y aprendizaje, eso significa que dependemos casi absolutamente de nuestro entorno y los agentes que lo componen. Nuestros padres o círculo familiar juegan un papel fundamental en esta etapa, pero cae en sus manos humanas una responsabilidad enorme que por supuesto está permeada por los errores que ellos mismos puedan cometer en el rol de guía de un pequeño ser humano.

En este sentido no somos responsables por los estímulos que percibimos, pero a medida que crecemos y nos hacemos más conscientes, podemos identificar las dinámicas y creencias que fuimos asumiendo como naturales y que en realidad no están alineadas con el propósito de vida que encontramos cuando empezamos a madurar.

Es importante saber que no tenemos que pensar que el mundo es tal y como nos lo enseñaron. 

Entender que desde la óptica de cada ser humano se puede ver un universo muy diferente. Aprender a identificar las posibilidades como alternativas y no como verdades absolutas nos ayuda a tener una mejor convivencia con “el otro”.

Por eso la importancia de las herramientas de la Programación Neurolingüística en nuestro camino hacia el cambio. En ellas encontramos el motor para hacer una búsqueda exitosa hacia nuestra propia verdad. Hacia nuestro propósito.

Lograr, mirar hacia adentro y redescubrir nuestro niño interior, es un regalo que todos tendríamos que hacernos. 

Aprender a escucharlo y casi volver a enseñarle a mirar el mundo de otra forma pero con su ingenuidad y maravillosa percepción que definitivamente está limpia de prejuicios.

Este mes se celebra el día de Halloween, donde los niños están libres para ser quienes quieran ser. Jugar a ser héroes, o personajes que les generan admiración. Compartir con otros niños el placer de reír sin pensar en nada más.

¿Qué pasaría si nosotros nos permitimos un día para disfrutar la vida y verla a través de los ojos de nuestro niño interior? No hace falta disfrazarse para sentir que podemos ser una versión diferente de lo que nos enseñaron. 

Esa búsqueda es una oportunidad, de vernos sin filtros, sin esconder ni pretender. Eso hacen los niños, así disfrutan cada segundo sin importarles lo que la sociedad dictamine. Para ellos todo es posible, no hay límites, creen y crean.

El resultado de combinar ese horizonte con la madurez de haber definido tu propósito puede llevarte a lograr grandes cosas.

No tengas miedo de permitir que tu niño interior se haga cargo por un día, de sentir, de vivir.

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