¿Qué tan bueno eres para hablar en público?
Es cierto que todos somos distintos, que cada uno desarrolla capacidades que no necesariamente tienen que ser iguales a las de los demás. Pero también es cierto que hay ciertas habilidades que nos permiten alcanzar metas profesionales que de otra forma sería muy difícil llegar a nuestros objetivos si no nos planteamos fortalecernos en ellas.
Por ejemplo, la facilidad que sienten muchos para hablar frente a un grupo de personas, o a un público numeroso.
Si bien no es lo mismo hablarle a 10 persona que a 100, la importancia que tiene el manejo del lenguaje; la fluidez con que se desarrolla el discurso y la posibilidad de mantener la atención de la audiencia son elementos claves que en sumatoria constituyen una de las mejores herramientas para un profesional en el campo que sea.
A la hora de hablar, el tono y el ritmo son unos grandes aliados, funcionan como conectores directos hacia la atención de quien escucha.
Es importante entonces, hacer pausas donde corresponde, generar cuestionamientos, lograr una armonía sonora al hablar y acompañar todo esto con una apropiada articulación de las palabras; de manera que la gente entienda claro y preciso lo que se está diciendo.
Además, los gestos corporales son el respaldo perfecto para un buen discurso. No es lo mismo observar a alguien que está inmóvil a escuchar; a quien puede manejar el espacio desde donde está compartiendo sus ideas, el escenario, de una manera agradable, rítmica, versátil.
En este caso se debe evitar hacer movimientos repetitivos y constantes que hagan que el público se desconcentre, sin embargo; el movimiento correcto de las manos permite reforzar las ideas haciendo énfasis en algunas de ellas.
Podríamos pensar que está de más la forma en que estamos vestidos, pero realmente el ojo tiene una agudeza que permite que la mirada se concentre en un punto especial. A partir de la psicología del color se ha determinado como algunas tonalidades pueden resultar en reacciones o emociones asociadas a ellos.
El blanco y el negro por ser básicos, permiten dar una imagen de formalidad, al igual que el azul oscuro.
El manejo de la imagen personal es fundamental en casos como los de personas que trabajan como speakers o presentadores de manera constante.
¡Las palabras! La elección que sea hace de ellas para transmitir un mensaje no es menos importante que lo anterior, claro que no! De hecho son las palabras las que van a convertirse en parte de lo que somos, y de nuestra personalidad.
En Libremente sabemos que ser capaces de hablar en público es una herramienta que desde la Programación neurolingüística puede fortalecerse para ayudarle a una persona a conseguir metas profesionales y también personales.
Por eso dentro de nuestros cursos está “Speech para el éxito”. Un espacio para encontrar esa fuerza que muchos llevan dentro y nunca se han planteado descubrir hasta ahora.
¿Te animas a hacer escuchar tus ideas de una manera más exitosa?